lunes, 5 de abril de 2010

recordando sentimientos

Qué extraño es tener tan vivo un recuerdo y tan ajeno un sentimiento.

Recuerdo tan bien, hace justo un año. Recuerdo el momento, recuerdo la sensación, recuerdo el torbellino de ideas y las decisiones a tomar, que definitivamente implicarían un cambio radical.

La cabeza llena de cientos de preguntas, de dudas, de respuestas evidentes que gritaban… de las propias convicciones de años que era momento de confrontar. Mientras, el estómago y el corazón vacíos, perdidos, ausentes… dejando sólo un eco que por minutos resultaba más doloroso.

Hace exactamente un año tomé una de las decisiones más complicadas de mi vida, una que me obligó a ser mucho más valiente de lo que me creí capaz. En su momento no me di cuenta, pero fue radical y tajante desde el principio, no había forma de volver atrás.

Hoy, cuando caí en cuenta de la fecha, me quedé en silencio. Buscando el sentimiento, los gritos, la ansiedad. No encontré nada de eso.

Encontré en cambio calma y muchas sonrisas… lágrimas cristalizadas que reflejan luces diferentes, proyectos, expectativas, ecos de risas, propias y compartidas.

Encontré algo mucho mejor que lo que esperaba tener, encontré que no hay peor lastre que el miedo y que cuando te deshaces de él llegas increíblemente lejos. Ahora lo que tengo, bueno o malo, es auténtico.

Al final, resulta que lo más significativo de esta fecha es que puedo decir que es capítulo cerrado, que ya no me duele, que no tengo rencor... que sigo adelante.

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