sábado, 24 de octubre de 2009

un pasito

Mi propia relación y experiencia en la política me han decepcionado profundamente. He visto y vivido muy de cerca la avaricia, los intereses creados, la falta de formación profesional, el nulo compromiso, las injusticias, la discriminación, etc.

Pero también he visto, me ha frustrado y decepcionado, la apatía del electorado. Cada tres años sufro la misma historia, escuchando a la mayor parte de quiénes me rodean haciendo declaraciones categóricas sobre las elecciones, lo que cuesta nuestra democracia, los robos de la política, etc. pero a muy pocos los he visto comprometidos con la responsabilidad de votar (si, sé que todos son iguales y que es casi imposible elegir entre ellos, esa es harina de otro costal).

La gran mayoría desconoce por completo a sus candidatos, los partidos y sus propuestas, votan porque… porque… creo que sólo por votar.

Luego, nos sorprendemos de que esos que elegimos como legisladores aprueben una serie de regulaciones que nos vienen a dar en toditita la torre.

La reacción típica en México ha sido la protesta de sobremesa. Es decir, con el café y el cigarro despepitamos del sistema, del gobierno, de esos parásitos a los que nosotros pagamos el sueldo y que no hacen nada bien. Luego nos levantamos, nos vamos y nos olvidamos del tema.

Tal vez por eso es que me resultó alentador y motivador ver que de pronto la gente no sólo se expresa, sino que además se organiza y actúa.

Empezó común hashtag, #internetnecesario. Uno que otro lo publicaba en twitter, lo replicaba, lo comentaba. De pronto éramos (y sí, yo también) una cantidad significativa de participantes no sólo incluyéndolo en nuestros twitts, incluso pensando y expresando argumentos relevantes de por qué no se deben gravar los servicios de telecomunicaciones en México. Bueno, sobra contar que el caso llegó al Senado y que tal vez haya una oportunidad de alcanzar algo.

No sé, tal vez sea un esfuerzo totalmente estéril, porque desafortunadamente sabemos que no siempre gana la razón, pero para mí, es la esperanza de que hay una nueva forma de organizarnos y actuar. Tal vez tenga un resultado sin precedentes.

Seguro hubo quienes tiraron el movimiento de locura, pero es un primer paso en la dirección que este país necesita, la de su gente dispuesta a mover las manos, levantar la voy y caminar por cambiar.

Este movimiento no hubiera sido posible, ni esta publicación llegaría hasta ustedes, si no tuviéramos una elemental conexión a #internetnecesario.