domingo, 21 de junio de 2009

in memoriam

Supongo que todos sabemos que el automovilismo es un deporte de alto riesgo y que los accidentes ahí están, latentes.

Recuerdo muy bien la muerte de Airton Senna, ¡era uno de mis ídolos de infancia! De los primeros pilotos que admiré y lo vimos morir en televisión.

Años después, cuando me involucré directamente en el automovilismo no pensé, o no quise nunca pensar, que podríamos vivir algo así, sólo que ahora en vivo.

Decir que Carlos Pardo era mi amigo sería exagerar. Lo conocí, si. Convivimos en las pistas durante poco más de una temporada y de vez en cuando tuvimos alguna conversación. Con eso bastó y sobró para que su muerte me dejara un hueco en el corazón. No tengo que “imaginar” como se sintieron sus amigos, lo vi de cerca. Reconozco que me reconcilió con muchas cosas ver esa hermandad y solidaridad. Ver a todos los pilotos a jefes de equipo, mecánicos, amigos, oficiales, etc. Reunidos en torno a alguien que se ganó a pulso el cariño y el respeto.

Ahora nos toca seguir adelante, pensar en la siguiente carrera y todos los preparativos correspondientes.

Confieso que una parte de mi pensó en no volver. ¡A veces quisiera no querer tanto!

Estoy segura de que el ambiente será simplemente otro. Por los que se quedan nos toca seguir adelante, darle a esos que volverán a salir a la pista el apoyo y la confianza, volver a correr con la pasión que este deporte implica. Ser fuertes y recordar por qué amamos esto.

En Querétaro habrá un homenaje para Carlos. Yo creo que no queda ahí, debemos siempre tenerlo presente y, por su recuerdo, seguir empujando este deporte y hacerlo cada vez mejor.