domingo, 10 de mayo de 2009

reconociendo

Ya ponerse a hablar de la influenza aburre, si aburre mucho. Pero hay un aspecto que no sé si se ha comentado y que por deformación profesional me llama especialmente la atención: el manejo que se hizo de la información durante esta crisis.

Aunque en un primer momento critiqué fuertemente a las autoridades por soltar una bomba como la suspensión de clases y no dar la cara sino hasta aproximadamente 16 horas después, dando tiempo suficiente para que se echara a volar la imaginación y teoría de la conspiración que nos caracterizan, también reconozco que recuperaron la nave y el curso en los días siguientes fue de aplaudirse.

A pesar de que algunos medios y muchas personas se empeñaron en enturbiar el asunto, la verdad es que se ha manejado como los grandes.

Primero se designó a un responsable, no sólo de las acciones a seguir sino también de dar la cara ante los cuestionamientos públicos. Se integró un grupo de especialistas en diferentes disciplinas que tomarían las decisiones desde los diversos ángulos. Se fijaron horarios para dar a conocer los avances, de acuerdo también con la evolución de los hechos.

Supongo que entre tanta exposición, tenía que llegar el momento que el Secretario de Salud agarrara tablas, pero también sé a ciencia cierta que si no tienes nociones básicas y te lanzan al ruedo en pleno San Fermín vas a salir cornado, y mucho.

Antes de continuar aclaro que no soy Calderonista, no apoyo incondicionalmente al gobierno en el poder (de hecho, pronto verán aquí otras opiniones al respecto), ni me olvido de que este mismo Secretario de Salud vetó la píldora del día siguiente por ser abortiva (y sin decirlo pecaminosa), pero en este caso particular, se ganó mi respeto.

No pretendo tampoco entrar en la polémica de si se actúo o no en tiempo y forma, de si hay la infraestructura en el país para atender una emergencia o no, etc. Mucho menos pienso caer en el absurdo de la cortina de humo o la conspiración entre Calderón, Obama, la OMS, Dios Padre y un club de marcianos.

A grandes rasgos, me parece que las cifras actuales de contagio y fallecimientos son alentadoramente bajas, lo cual erróneamente también se ha tomado como una señal de que se exageró en las medidas. ¿Qué hubiera pasado si no se hace nada al respecto? Nunca lo sabremos.

Pero volviendo a mi postulado inicial, en términos de cómo se ha comunicado el tema, no tengo peros. Incluyendo el que en cada conferencia Córdova estuviera acompañado de algún otro funcionario relacionado con la situación, que no respondiera preguntas que no le correspondían, como las sanciones que se impondrían a los partidos políticos que no acataran las recomendaciones; y no caer en provocaciones como la de quien se empeñó en mezclar las cifras hasta sumar, quien sabe cómo, los mismos enfermos tres veces.

Entiendo que después de una semana y media el tema nos hartó, sobre todo que ahora empezando a volver a la normalidad se nos vaya olvidando y hasta termine por resultar intrascendente.

Sinceramente digo que envidio un poco al equipo de Comunicación Social de la SSA. Sé que han pasado semanas de terror, que seguramente tienen un agotamiento irreal y que deben haber mentado muchas madres. Pero en unos meses, cuando sus cuerpos y espíritus se recuperen, tendrán el gusto de ver que lo hicieron muy bien.

1 comentario:

Juan Valdez dijo...

Yo sigo creyendo que fue un "compló" de Calderón para comprar misiles balísticos de corto alcance a Corea del Norte para "misilear" la casa de campaña del Peje y la casa blanca de Ebrard.

PD. La neta, como disque profesional de esto, debe haber sido una pesadilla manejar la comunicación de esta situación... y yo chillo porque tengo una semana pesada!